El presente conversatorio tuvo como objetivo visibilizar a las disidencias sexuales dentro de la universidad y al mismo tiempo preguntar qué significa que la habitemos, que actuemos y participemos políticamente en la misma con el fin de rebelarnos al sistema heteropatriarcal. Se plantearon tres preguntas que fueron respondidas por lxs panelistas. La primera para pensar a los posibles significados de nuestra existencia como parte de la comunidad universitaria. La segunda pregunta reflexionó sobre si existen o no políticas para combatir la discriminación y violencia contra las disidencias sexuales en la universidad. La tercera interrogante indagó en la participación política, el activismo y la organización desde las disidencias sexo genéricas.
En la primera pregunta se planteó la complejidad en nombrarnos porque se nos ha ubicado en lugares de lo desplazado, pero a pesar de ello nuestra existencia está en la universidad como estudiantes, docentes, personal administrativo y de servicios. También, estamos como espacio de afectos que irrumpe e incomoda el espacio universitario por la estética disruptiva que se sale de la heterocisnorma e implica la experiencia de acoso y violencia en la universidad. Se cuestionó la representación existente no solo como estudiantes sino en otros espacios como la docencia e investigación, y la forma en la que se ha hecho academia desde un lugar occidental, blanqueado, heteropatriarcal, clasista, racista en los diversos niveles educativos, lo que implica el nombrarnos como un proceso político complejo. Al mismo tiempo se cuestionó la labor del Estado y la universidad, además de pensar hasta dónde y desde qué lugares se puede decolonizar la universidad y el sistema educativo.
En la segunda pregunta se mencionó la existencia de leyes y protocolos ante el acoso y la discriminación desde organismos estatales y universitarios, pero bajo el reconocimiento de que ello se ha hecho por una lucha histórica de estudiantes y movimientos sociales. Además, se añadió que, aunque existen rutas las personas que se encargan de cumplir con esta normativa no están sensibilizadxs o no se hace un control de la misma. También se señaló la existencia de un sesgo hacia el acoso a las mujeres y eso puede invisibilizar a las disidencias.
Frente a la tercera pregunta se indicó que muy poco se ha visto la representación de personas de disidencias sexo genéricas en la política universitaria o representación estudiantil. Esta forma de visibilización conlleva un proceso complejo puesto que como se ha mencionado puede traer consecuencias de discriminación y violencia. Sin embargo, estamos en un momento en donde la clandestinidad de nuestra existencia ya no es una opción y estamos cada vez más visibles por lo que se planteó la necesidad de crear espacios de interacción para las disidencias sexo genéricas y hacer una diferencia al vernos representados en dinámicas que generalmente están construidas para invisibilizarnos. Esto tiene como objetivo, no que se nos incluya, sino desafiar a las instituciones y los modos en los que se comprende el mundo.