Autora: Luz Elena Pinzón

Introducción

En el siguiente ensayo, presento un análisis etnográfico dentro del proyecto nuestras vidas en confinamiento, sustentado en un conglomerado de seis entradas a mi diario de campo; y cuatro entrevistas realizadas en el entorno virtual y compartidas en grupo, con el objetivo de responder al interrogante base ¿Cómo incide la pandemia en la transformación de las distintas dimensiones de la cotidianidad?

En base a lo anterior, durante el desarrollo de este ensayo, presento una propuesta para responder a la pregunta ¿Cómo se han intensificado las tareas del hogar con la pandemia, según la estructura familiar, con hijos y sin hijos? para ello, en primer lugar, presentaré un breve contexto que sostiene el presente trabajo. En segundo lugar, expongo mi argumento frente a la incidencia de la pandemia, que trajo consigo nuevas tareas y nuevos roles en la transformación de la cotidianidad en las tareas del hogar, sustentado en fragmentos de los ingresos al diario de campo y las entrevistas realizadas. En tercer lugar, planteo las conclusiones, y por último presento una reflexión acerca de cómo mi posicionalidad pudo haber afectado el análisis del presente estudio.

Contextualización: Pandemia, transformaciones y nueva cotidianidad

 En primer lugar, el contexto actual vivenciado a lo largo del presente año 2020, demuestra transformaciones en la cotidianidad de las personas, debido al coronavirus nombrado científicamente COVID-19, este virus convertido en pandemia, cambia nuestra historia moderna a nivel mundial, ya que, genera una “discontinuidad entre lo representado y la presentación, provocando altos grados de incertidumbre que pueden devenir en estados de sufrimiento” (Robles y Sato 2020, 1). Estas discontinuidades ocasionan la transformación de nuestra cotidianidad, generando reajustes originados del contexto de emergencia sanitaria, esto evidencia la importancia de trabajar el objeto del presente estudio, centrado en la transformación de las nuevas tareas y nuevos roles en el hogar, derivadas del tiempo de pandemia según la estructura de las familias con hijos y sin hijos.

Participantes:

Por ello, aclaro que, debido a la naturaleza de las familias observadas y entrevistadas, según su ciclo vital familiar, las divido en familias sin hijos y familias con hijos.[1] Se han omitido sus nombres para proteger su identidad y conservar su confidencialidad.

Transformación de las tareas del hogar en tiempos de pandemia

La presente temática está centrada en la estructura familiar, que es “el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia. (…) Las transacciones repetidas establecen pautas acerca de qué manera, cuándo y con quién relacionarse, y estas pautas apuntalan el sistema”. (Minuchin 2004, 86). Desde un enfoque de género, considerando las relaciones y la organización al interior del hogar, “Esto exige una redistribución de tareas y recursos, pero también implica una deconstrucción de las identidades sexuadas en torno a los roles económicos; el socavamiento de la ética reaccionaria del cuidado; y la pérdida de privilegios asociados a la masculinidad” (Pérez 2014, 248) respetando la autonomía de los miembros del hogar y su igualdad de capacidades para asumir las tareas de cuidados y las tareas domésticas.

Familias sin hijos: tareas del hogar en tiempos de pandemia

Inicialmente, las familias sin hijos frente a las tareas de cuidados en el hogar en tiempo de pandemia, indican que “Como pareja obviamente si estuvimos mucho más cansados estresados, pero siempre estuvo presente ese respeto y el apoyarnos el uno al otro, fue lo más importante para nosotros” (Entrevistada 2, 08 de julio de 2020). En las parejas entrevistadas se evidenció el cuidado muto, tanto físico como psicológico. Demostrando que:

La familia funciona de acuerdo a una estructura, la manera como están organizados sus miembros, el rol de cada uno, la forma en que se comunican, los límites y la jerarquía que establecen, determina el tipo de relaciones que se dan en el sistema familiar (Pinzón y Vanegas 2018, 116)

Lo que a su vez conlleva a la organización de las tareas de trabajo doméstico. La entrevistada 2, afirma que: “tuvimos que adquirir nuevas responsabilidades en la limpieza de la casa, yo tuve que cocinar y tengo que cocinar casi todos los días y mi esposo ha tenido que aumentar sus actividades como, lavar platos arreglar las habitaciones etc.” (Entrevistada 2, 08 de julio de 2020) demostrando la adaptación a la cotidianidad en tiempo de pandemia. También indican: “nosotros tuvimos que poner atención, muchas cosas que no percibíamos antes, hoy en día organizo antes de lavar, separo las ollas, platos, nos da la sensación que cuando organizo miro el verdadero tamaño” (Entrevistado 3, 25 de junio de 2020). Así, la división de tareas en el hogar de forma equitativa es fundamental para su correcto funcionamiento.

Familias con hijos: tareas del hogar en tiempos de pandemia

«Un día de mi vida en la cuarentena es más estresante que antes porque tengo que hacer más cosas en la casa, de la niña, de la familia y del trabajo, pendiente de la universidad todo el día…. En serio, Mari, la vida cambió…. cansa más ahora que antes… a nivel mental y físico»  (Entrevistada 4, 07 de julio de 2020).

La pandemia ha transformado la cotidianidad de los hogares frente a las tareas de cuidado y las tareas domésticas, siendo esto de vital importancia ya que, “Desde que nacemos somos radicalmente interdependientes. En la infancia más temprana, durante los períodos de enfermedad o en la vejez, nuestras vidas dependen materialmente de una gran cantidad de trabajo que otras personas dedican a cuidar y mantener nuestros cuerpos” (Herrero 2012, 38). Además, “Las tareas de la domesticidad y las responsabilidades ancladas en el parentesco son actividades que muchas mujeres deben llevar a cabo solas en diversos contextos sociales, en diversas circunstancias personales (divorcios, abandonos), y están ligadas a menudo a condiciones de pobreza”. (Jelin 2012, 5). Generado unas nuevas dinámicas y nuevos roles para el mantenimiento de la vida cotidiana en tiempo de pandemia, tales como: cuidados de salud en tiempos de pandemia, aprovisionamiento y rol de profesores para los hijos en casa.

Así, el trabajo de cuidados se centra fundamentalmente en mantener la vida en condiciones dignas de ser vividas, condiciones fisiológicas, de crianza, de alimentación de higiene, etc. En este análisis etnográfico se evidencia que el trabajo de cuidados es realizado por las madres, expresando: “Ay Dios, a veces no hay energía suficiente… Dígame un día, que la niña estuvo mal del estómago…  terminé el día sintiéndome yo peor que ella… del cansancio” (Entrevistada 4, 07 de julio de 2020). También, J de 6 años de edad, discutiendo indica: “Nooo mami, es que para que me baño en cuarentena, aquí encerrado no hago nada ni me ensucio ni nada, siempre me obligas a bañarme y a comer y eso no me gusta” (Diario de campo 4, 27 de junio de 2020). Esto demuestra que, “la manera en que la sociedad patriarcal asume automáticamente que algunas tareas serán realizadas por las madres, hace más difícil que las mujeres logren la equidad de género con respecto al cuidado de niños y niñas” (Hooks 217, 108-109) Se evidencia que la madre está al frente de las tareas de cuidado de los cuerpos, permitiendo que exista la vida humana en condiciones de ser vivida.

Del mismo modo, en el trabajo de cuidados de salud en tiempos de pandemia, resaltan las habilidades de las mujeres para improvisar y adaptarse a sus nuevas responsabilidades desplegadas en el trabajo de cuidados, así: “mi esposo, él sale como sea, sin mascarilla ni nada… y que la niña salga como sea… entonces yo le tengo que estar diciendo que hay que hacer…y vigilar que se cuiden… en realidad, cuidarlos yo… para que no se contagien” (Entrevistada 4, 07 de julio de 2020), recayendo también sobre la mujer la adaptación  a los cuidados de bioseguridad.

Por otro lado, el trabajo doméstico “implica tareas complejas de gestión y organización, necesarias para el funcionamiento diario del hogar y de sus habitantes. Un trabajo que se realiza día tras día” (Carrasco 2003, 7) y en gran medida el asumir estas labores, permite la organización del hogar. La entrevistada manifiesta:

“si yo no cocino, nadie come… a veces él cocina… pero hace sándwich o cosas así… y no es lo mismo, (…) hay muchos esposos que cocinan, pero a mí no me toco (…) yo le digo: oye, tienes que ayudarme, porque a veces yo siento que no puedo con todo… pero si nadie más lo resuelve, yo no voy a dejar que la niña o la casa sufran las consecuencias” (Entrevistada 4, 07 de julio de 2020).

Mientras que en el diario de campo con referencia a los hijos refiero: “la estufa para ellos es más peligrosa, entonces M lava los platos mientras J raya la cebolla; M es el que barre, y yo lavo la ropa, ellos la tienden, y cuando está seca, cada uno organiza la suya” (Diario de campo 6, 11 de julio de 2020).  El trabajo doméstico en tiempos de pandemia implica el esfuerzo de todos los miembros del hogar, para facilitar su correcto funcionamiento.

De igual manera, en la nueva normalidad debido a la pandemia, cambia el modo de aprovisionamiento, entendido como la compra de alimentos, útiles de aseo y demás desesidades[2] del hogar.  La entrevistada dice: “él llega y yo tengo que estar diciéndole: no toques nada, lávate las manos, cámbiate (de ropa) y ya él se mete a bañar, y yo me quedo desinfectando todo” (Entrevistada 4, 07 de julio de 2020). Y en un registro en el diario de campo indico: “los niños quieren dulces y helados, también están cansados de comer la misma comida, todos los días, pienso en cómo logar preparar alimentos diferentes, me faltan verduras. El riesgo del contagio del coronavirus es alto para salir a comprar alimentos” (Diario de campo, entrada 5, 06 de julio de 2020). Este modo de aprovisionamiento conlleva tareas tanto de cuidado como de trabajo doméstico.

Por otra parte, la incidencia de la pandemia trajo consigo el rol de profesores de los hijos en casa, así: “Es agotador, día a día organizo los registros fotográficos académicos de J porque debo entregar un solo PDF semanal, y ayudo a M a realizar sus tareas para entregarlas diariamente, no me queda tiempo para mis tareas de la universidad” (Diario de campo 3, 20 de junio de 2020).  De igual manera la entrevistada dice: “la han saturado de tareas y hay que mandar fotos, audios, videos… creo que nunca le han mandado tanta tarea como ahora… claro, yo entiendo que no están asistiendo a la escuela… pero para los padres, es fuerte” (Entrevistada 4, 07 de julio de 2020). La flexibilidad de los profesores y el uso de herramientas tecnológicas, es fundamental para cumplir con este nuevo rol.

Conclusiones:

Se puede concluir que la incidencia de la pandemia en la transformación de la cotidianidad en las tareas del hogar, trajo consigo nuevas tareas y nuevos roles, de tal manera que, la distribución de estas tareas no se basa en propuestas individuales, sino en decisiones familiares, basadas en estructuras socioculturales preconcebidas frente a la organización sexuada de las tareas, viéndose reflejada en las parejas entrevistadas sin hijos la equidad de género, como parejas jóvenes y progresistas; mientras que en las familias con hijos, las negociaciones de las tareas del hogar presentan dificultades y necesitan reajustes. En general, se observa una variedad, entre familias con miembros más cooperativos y otras con roles más tradicionales.

También se demostró que hay hombres que reconocen y asumen las tareas del hogar ya sea domésticas o de cuidado, mientras que otros hombres reconocen las labores del hogar, pero no las asumen o las asumen circunstancialmente; concentrando en las mujeres el trabajo del hogar centrado en estereotipos de género, que a su vez pueden ser reforzados o replanteados por las mismas mujeres en la crianza de sus hijos. Las mujeres en su rol de esposas y madres debido a los compromisos adquiridos, relegan su autocuidado y su vida propia.

Reflexión:

Mi posicionalidad como madre cabeza de hogar en una familia monoparental, me llevo a tener dificultades para evidenciar la desigualdad de género en las tareas de cuidado y en las tareas domésticas; ya que, por mi posición normalicé por completo la sobrecarga para la mujer en las labores del hogar. Este análisis etnográfico, como investigadora me permitió explorar historias alternas frente a las nuevas transformaciones de la cotidianidad, derivadas por la pandemia, conectándome de una u otra manera con la nueva realidad.

[1] Entrevistada 1: Mujer soltera sin hijos, de 28 años de edad, natural de Cuenca radicada en Quito, estudiante de maestría, quien trabaja ejerciendo su profesión como abogada.

Entrevistada 2: Mujer casada sin hijos, de 43 años de edad, oriunda y radicada en Quito, quien trabaja ejerciendo su profesión como ingeniera.

Entrevistado 3: Hombre que vive en unión libre sin hijos, de 30 años de edad, natural y residente en Sao Paulo.

En las familias con hijos, presento una subdivisión enfocada en dos tipos de familias: la familia nuclear tradicional:

Entrevistada 4: Mujer casada de 41 años de edad, con una hija y originaria y radicada en Venezuela, quien es abogada y ejerce como docente.

Y la familia monoparental, observada y registrada en 6 entradas a mi diario de campo en los meses de junio y julio de 2020. (Observaciones registradas de mis hijos: Migue de 13 años y Juanito de 6 años, y codificaciones de reflexiones propias).

 [2] “Desde Centroamérica, en el contexto de la Educación Popular y la Investigación Acción Participativa, las mujeres lanzan la propuesta de un nuevo vocablo para resignificar la idea de necesidades sin escindirla de los deseos: las desesidades” (Pérez 2014,26).

Lista de referencias:

Carrasco, Cristina. 2003. La sostenibilidad de la vida humana: ¿un asunto de mujeres? Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. 5-25

Herrero, Yayo. 2012. Propuestas ecofeministas para un sistema cargado de deudas. Revista de Economía Crítica. 30-54.

Hooks Bell. 2017. El feminismo es para todo el mundo. Madrid. Traficantes de sueños.

Jelin, Elizabeth .2012. “El género en las memorias”. En Los trabajos de la memoria, pp.127-142. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.

Minuchin, Salvador. 2004. Familias y terapia y familia. México: Gedisa.

Pérez, Amaia. 2014. Subversión feminista de la economía. Madrid: Traficante de sueños.

Pinzón, Luz Elena, y Vanegas, Gabriela. 2018. Narrativas acerca de la comunicación, límites y jerarquía en niños con padres separados. Interacciones, 4(2), 115-129. Retomado de  https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6591733

Robles, Claudio y Ana Sato. 2020. “Grupalidades virtuales. El impacto de la pandemia en los procesos grupales”. En Margen. https://www.margen.org/pandemia/textos/robles.pdf

Entrevistas:

Entrevista 1. Informante anónimo. 2020. Entrevista realizada por Luz Elena Pinzón para el trabajo: proyecto nuestras vidas en confinamiento, métodos de investigación cualitativa, 09 de julio de 2020.

Entrevista 2. Informante anónimo. 2020. Entrevista realizada por Belén Ramos  para el trabajo: proyecto nuestras vidas en confinamiento, métodos de investigación cualitativa, 08 de julio de 2020.

Entrevista 3. Informante anónimo. 2020. Entrevista realizada por Clarananda Barreira para el trabajo: proyecto nuestras vidas en confinamiento, métodos de investigación cualitativa, 25 de junio de 2020.

Entrevista 4. Informante anónimo. 2020. Entrevista realizada por Mariam Baritto León para el trabajo: proyecto nuestras vidas en confinamiento, métodos de investigación cualitativa, 07 de julio de 2020.

Diario de campo:

 Diario de campo: Nuevas rutinas, prácticas, y hábitos devenidos en este tiempo de pandemia en mi lugar de residencia. Entrada 1, 03 de junio de 2020.

Diario de campo: Nuevas rutinas, prácticas, y hábitos devenidos en este tiempo de pandemia en mi lugar de residencia. Entrada 3, 20 de junio de 2020.

Diario de campo: Nuevas rutinas, prácticas, y hábitos devenidos en este tiempo de pandemia en mi lugar de residencia. Entrada 4, 27 de junio de 2020.

Diario de campo: Nuevas rutinas, prácticas, y hábitos devenidos en este tiempo de pandemia en mi lugar de residencia. Entrada entrada 5, 06 de julio de 2020.

Diario de campo: Nuevas rutinas, prácticas, y hábitos devenidos en este tiempo de pandemia en mi lugar de residencia. Entrada 6, 11 de julio de 2020.